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Pieza del mes junio 2013
- La pieza
- Biografía
- El cuadro
- Biografía del artista
- Ficha técnica
INTRODUCCIÓN
Ricardo Zamorano es uno de esos pocos artistas que abarcan diferentes campos donde plasmar su creatividad. Desde la pintura a la ilustración, pasando por el grabado, sus modos de hacer se convierten en el vehículo transmisor perfecto del genio artístico y de la expresión de un artista: el buen dibujo, la buena aplicación del color, el estudio del espacio y la figura son, sin lugar a dudas, señas de identidad de Zamorano. Su obra conecta inmediatamente con el público por las atmósferas que la envuelven y a las que el artista saca el mayor partido. Su evolución es constante, no deteniéndose en el tiempo y sin adjudicarse un “cliché” artístico que lo califique, sabiendo evolucionar en su mensaje, su técnica y su temática.
LA PIEZA
Siesta en la silla
Este lienzo plasma la primera tendencia que se observa dentro de la pintura de Zamorano: el realismo social. El artista plasma en el lienzo una figura masculina que duerme sentado en una silla mientras sostiene su cabeza en el brazo recostado. La realidad y los sueños quedan plasmados en esta obra donde la figura se asienta sobre un fondo marcado con un terrible punto de fuga central que agudiza la sensación de profundidad no sólo en el espacio físico, sino por el subconsciente del hombre que duerme y prolonga la sensación onírica en el espectador. El vació del fondo –remarcado por dos planos laterales– suspende a la figura en el espacio sin un punto de apoyo claro. El sueño plasmado como pesado y profundo, mientras que la figura queda postrada en la silla, sin perder su dignidad, pareciendo intentar retener sus sueños. Proporción, clara línea en el dibujo y una aplicación de la mancha sobre el mismo que construyen una figura donde los planos son protagonistas mientras que se enriquecen de las texturas visuales de la paleta que el artista ordena en la superficie de manera magistral.
BREVE BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Ricardo Zamorano Molina (Valencia, 1923)
Sus inicios artísticos comienzan en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia desde donde alcanzará el pensionado en Madrid en el año 1944. Son estos años cuando contactará con el Grupo Zeta y con el arte vanguardista que se desarrolla en estos años, realizando sus primeras exposiciones a partir de 1947. En 1952 se traslada a París con una beca del Gobierno francés. A su regreso a España expondrá su obra en la sala Dintel de Santander y constituirá el grupo de grabadores Estampa Popular en 1960, junto con otros reconocidos artistas, lo que le llevará a exponer su obra a países como Dinamarca, Finlandia, Alemania, Colombia y otros.
Su pintura, dentro de la tendencia figurativa –la cual no abandonará– comienza en el realismo social para ir derivando hacia el realismo mágico donde la imaginación se exalta en la creación y la crítica social que pervive como fondo del lienzo. Contemplando su obra inmediatamente destaca su dominio sobre el dibujo construido de manera intelectual y poética, su crítica social y humana y su densa expresividad trágica.