-
diciembre 2013
-
noviembre 2013
-
octubre 2013
-
septiembre 2013
-
agosto 2013
-
julio 2013
-
junio 2013
-
mayo 2013
-
abril 2013
-
marzo 2013
-
enero 2013
-
diciembre 2012
-
noviembre 2012
-
octubre 2012
-
septiembre 2012
-
agosto 2012
-
julio 2012
-
mayo 2012
-
abril 2012
-
marzo 2012
-
febrero 2012
-
enero 2012
-
diciembre 2011
-
noviembre 2011
-
octubre 2011
-
septiembre 2011
-
agosto 2011
-
julio 2011
-
junio 2011
-
mayo 2011
-
abril 2011
-
marzo 2011
-
febrero 2011
-
diciembre 2010
-
noviembre 2010
-
octubre 2010
-
septiembre 2010
-
agosto 2010
-
julio 2010
-
junio 2010
-
abril 2010
-
marzo 2010
-
febrero 2010
-
enero 2010
-
octubre 2009
-
septiembre 2009
-
agosto 2009
-
julio 2009
-
junio 2009
-
mayo 2009
-
marzo 2009
-
febrero 2009
Pieza del mes agosto 2012
- La pieza
- Biografía
- El cuadro
- Biografía del artista
- Ficha técnica
INTRODUCCIÓN
La década de 1950 asentó en el Ateneo de Madrid el paso de jóvenes artistas por sus salas de exposiciones. Ya a finales de esta década, algunos de los nombres de aquellos creadores sonaban con fuerza en el panorama artístico nacional e internacional, concurriendo a las ferias de arte más importantes en el extranjero y ofreciendo una imagen fresca y renovada del arte español. Será la década de 1960 la que consagre a las emergentes figuras del arte contemporáneo nacional y, a su vez, la que de paso a otros que imponen sus nuevas formas de hacer. María Girona es una de esas artistas que emerge a comienzos de los años sesenta a través de su exposición individual en la Sala del Prado del Ateneo de Madrid, la cual será determinante para el impulso de su carrera artística. No obstante hay que señalar que, previamente a esta muestra individual en la docta casa, Girona ya había concurrido a muestras nacionales e internacionales, apuntalándose como una de las artistas más prometedoras del panorama artístico. Sus sencillos trazos en el dibujo, las composiciones equilibradas y los postulados “matissianos” resultan inconfundibles y trazan la personalidad artística de la pintora.
LA PIEZA
La carretera
La extrema depuración del paisaje, en la concepción de María Girona, está patente en esta obra a través de un meticuloso, virtuoso y simple dibujo en el que las manchas de color reposan. El fuerte sintetismo lleva las formas a convertirse casi en un símbolo. Estas formas sintéticas quedan avaladas por la serenidad compositiva, creada desde la simplicidad de la perspectiva de punto de fuga central y la distribución de las masas en una simetría de bulto muy bien organizada y resuelta. La plasmación del paisaje, aparentemente cotidiano, se realiza desde el intimismo de la artista.
La austeridad y la soledad protagonizan el lienzo, donde la verticalidad es marcada por los desnudos árboles y la ascensión del terreno, enfatizada por una perspectiva desde un alto punto focal. Las tonalidades, dentro de las ganas terrosas, dan serenidad a la escena, mientras que la paleta se reduce al empleo de cinco colores. Es una composición abierta y expansiva, done la geometría juega un papel fundamental en una división cuadricular perfectamente organizada y equilibrada en mitades y tercios.
La pieza entró a formar parte de la colección del Ateneo de Madrid un año después de la exposición de la artista, que tuvo lugar en el mes de febrero de 1962 en la Sala del Prado del Ateneo de Madrid.
BREVE BIOGRAFÍA DEL AUTOR
María Girona Benet (Barcelona, 1923)
Nacida en el seno de una familia con inclinaciones y profesiones afines al arte, María Girona pronto muestra interés por desarrollar su propia faceta en la creación, lo que la lleva a cursar estudios en la academia Tárrega para el 1946 ingresar en el grupo Els Vuit, donde conoce a su futuro marido, el también pintor Albert Rafols Casamada, con quien contraerá matrimonio en 1952. La obtención de una beca la lleva a París, donde residirá entre los años de 1950 y 1954, años que influirán en su forma de crear. Tras su regreso a España, su compromiso social y político es patente, tal y como quedó demostrado al unirse al encierro que los intelectuales y artistas catalanes protagonizaron en 1970 por el proceso de Burgos.
Sus exposiciones, colectivas o individuales, han sido muchas entre los años setenta y noventa, convirtiéndose en una de las artistas catalanas más representativas de la segunda mitad del siglo XX.
Autor: María Girona Benet (Barcelona, 1923)
Título: La carretera.
Cronología: 1963
Técnica: óleo sobre lienzo.
Medidas: 55x65 centímetros.
Firmas o inscripciones: ángulo inferior izquierdo, M. Girona 63.
Contexto cultural o estilo: pintura española del siglo XX.
Exposiciones: si. Arte de Vanguardia del Ateneo de Madrid en Burgos. Casa del Cordón, Burgos, julio de 1992.