Homenaje a Eduardo Barrón, en el centenario de su muerte
Miércoles, 23 de noviembre de 2011. Homenaje a Eduardo Barrón, en el centenario de su muerte. Intervienen: Leticia Azcue, Rosario García Rozas, Alejandro Beláustegui y Evaristo Muñoz Barrón. Presenta África Malo de Molina. Salón de Actos. 19.30 horas. Programa. Citas en medios: 1
Introducción
Custodiada en el Ateneo de Madrid durante más de un siglo, esta escultura fue realizada en la Academia de España en Roma por el escultor pensionado Eduardo Barrón en el año 1885. Enviada a Madrid en 1888, fue a parar al Ateneo de Madrid – el edificio de la calle del Prado, inaugurado en 1884, seguía decorando sus estancias con obras de arte– muy posiblemente por influencias del pintor Vicente Palmaroli y del político Cánovas del Castillo, socios de la docta casa y muy activos para con la misma.
Este gran bronce, originalmente realizado en yeso y que custodia –junto con otra obra de Agustín Querol La Victoria– la escalinata de acceso al Ateneo de Madrid, queda documentado desde 1886 con su aparición en el catálogo de las obras que la Academia de España remite al ministro de Estado hasta que, el 26 de diciembre de 1888 y por emisión de Real Orden, la obra pasará a ser depositada en el Ateneo de Madrid una vez llegada a la capital española desde Roma. El 14 de enero de 1889 será la docta casa quien acuse recibo al ministro de Estado sobre la recepción de la obra. Será el Ateneo quien custodie este yeso hasta su vaciado en bronce y cesión a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en el año 2003.
Conocido por los apodo del “opositor suspendido” o “antes de tomarse la aspirina” erguido e inalterable al paso del tiempo su silueta sigue recortándose sobre las paredes de la escalinata de acceso al Ateneo de Madrid.
Breve biografía del Autor
Eduardo Barrón González (Moraleja del Vino, Zamora, 1858 - Madrid, 1911). Desde 1877 a 1881 cursa estudios en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado, siendo premiado con una beca en Roma por la Diputación de Zamora, beca que revalida con la Academia de Bellas Artes al obtener el primer premio de escultura en 1884. Tras su regreso a España participará en la decoración de numerosos edificios –como su intervención en la Escuela de Minas de Madrid– siendo un considerado y reputado artista en el campo de la escultura. En 1910, un año antes de su fallecimiento, fue nombrado Académico electo.
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