Gonzalo Torrente Ballester sobre Valle-Inclán
Una de las más brillantes reposiciones sobre Valle-Inclán la dio Gonzalo Torrente Ballester en 1986 con el Salón de Actos rebosante. Sin un solo papel y “a capella” –ahora se dan conferencias con imágenes y música de fondo–, fue desentrañando el significado de su discreta melena, de los bigotes, la barba y los monóculos. Una insólita conferencia, literatura sobre literatura, imposible para el mejor lexicógrafo. Desde luego, Valle-Inclán apreciaba mucho su barba. Se la hizo cortar, según uno de esos dudosos sueltos de periódico, para que no le impidiera la vista de su amputación del brazo, tras la gangrena que le ocasionó el casi siempre inocuo pinchazo de un gemelo.
Existe, hoy, en la Sala de Retratos, un retrato barbado de Valle. Se trata de una pintura de Eduardo Vicente con la frente despejada, raya en medio, pelo y barba blanca. (12/8/2010. Cuarto Poder, artículo de Julián Sauquillo)