LA MUJER DEL PORVENIR de Concepción Arenal
Hoy, 27 de abril el Secretario primero del Ateneo, Alfonso J. Vázquez Vaamonde, imparte la conferencia: Dos siglos de feminismo desde Galicia: P. Feijóo, Concepción Arenal y Emilia Pardo-Bazán.
El Ateneo ha editado el libro La mujer del porvenir, Concepción Arenal con el patrocinio de la Xunta de Galicia.
Los asistentes recibirán un ejemplar del libro "La mujer del porvenir" editado por el Ateneo con el patrocinio de la Xunta de Galicia.
Concepción Arenal, revolucionaria feminista nacida en 1820, fue una escritora, periodista y activista pionera de los movimientos feministas por la igualdad de género en el siglo XIX.
Su pensamiento fue la base de la defensa de los derechos de las mujeres basados en la educación. Ocultó su condición femenina vistiendo ropa masculina para poder asistir a las clases en la Universidad Central en 1841, matriculándose como oyente en la carrera de Derecho, pese a la oposición de su madre, que no veía con buenos ojos la iniciativa, ya que en aquella época, las mujeres no podían acceder a los estudios universitarios, así que Concepción decidió vestirse de hombre para completar su educación y cumplir su sueño.
Arenal siguió la línea del P. Feijóo de la "Defensa de las mujeres" (cap.16 tomo I) de su Teatro Crítico Universal (1726) muy anterior a "El sometimiento de la Muier" (1869) de John Stuart Mill y su mujer Harriet Tavlor que se citan como iniciadores del feminismo. En el Congreso por el aniversario de Feijóo en Orense compitieron Arenal y Pardo-Bazán; empatadas a 4 votos lo resolvió el claustro de la Universidad de Oviedo, del que fuera catedrático, que premió a Pardo-Bazán cuya obra, según los críticos tenía más valor literaria que profundidad. Muchos objetivos del libro se han cumplido, pero no todos, lo que exige aplicarse para superar todos sin más demora.
Años después llegó incluso a utilizar la identidad de su hiio de 10 años para presentar un ensayo al premio de la Academia de Ciencias Políticas, que finalmente tuvieron que reconocer. Arenal murió en 1893 y hasta el final de sus días defendió en sus escritos que la independencia en la que ella había vivido se extendiera a todas las mujeres.
Siempre se enfrentó a las normas establecidas y consiguió que su revolución le sobreviviera en las vidas de otras mujeres que tampoco se resignaron.