Hoy hace 107 años
Hoy, 31 de marzo de 2021, se cumplen ciento siete años de la conferencia que pronunció en las dependencias de la Docta Casa, Ernesto Herrera, que pasaba unos meses en Madrid, con motivo de su segundo viaje a España.
Como socia bibliotecaria, me ha parecido interesante y oportuno, dedicarle este espacio como recordatorio, que agradezco a la revista digital EL OBRERO, que publique.
Artículo de María Teresa Pedraza Guzmán de Lázaro publicado en El Obrero
Hoy hace 107 años
Últimamente se está empezando a recuperar la figura del dramaturgo y periodista uruguayo, Ernesto Herrera Lascazes. Sus ideas y su prosa son de un intenso contenido social y es muy representativo de un cierto giro, en lo que podríamos denominar la ‘literatura criolla’.
El Ateneo de Madrid durante, al menos un siglo, fue el centro neurálgico de la Cultura y de la Ciencia en nuestro país y estuvo en vanguardia de las ideas más innovadoras. Por sus aulas y tertulias, desfilaron periodistas destacados, políticos, filósofos, historiadores y científicos de gran talla.
Los hombres y mujeres, emblemáticos en distintas disciplinas humanísticas y científicas, en sus estancias en España, siempre o casi siempre, encontraban un hueco para visitar la Docta Casa y para pronunciar alguna conferencia que diera testimonio de su paso por una Institución del prestigio de El Ateneo. Los ‘casos más sonados’ son los de Marie Curie y Albert Einstein, obviamente son muchos más.
Hoy, 31 de marzo de 2021, se cumplen ciento siete años de la conferencia que pronunció en las dependencias de la Docta Casa, Ernesto Herrera, que pasaba unos meses en Madrid, con motivo de su segundo viaje a España.
Como socia bibliotecaria, me ha parecido interesante y oportuno, dedicarle este espacio como recordatorio, que agradezco a la revista digital EL OBRERO, que publique.
¿De qué trató la conferencia? también esto tiene su importancia. Ernesto Herrera fue un hombre amigo de sus amigos y en esta oportunidad de intervenir en el Ateneo, dedicó su intervención al también, dramaturgo de ideas anarquistas Florencio Sánchez, que por derecho propio, ocupa un lugar destacado en las letras uruguayas.
Son especialmente relevantes, sus tragedias como “Barranca abajo” y “En familia” pero no deben olvidarse sus sainetes, entre los que a mi juicio destacan “Los curdas” y “Las cédulas de San Juan”. En aquellos años un género que estaba en vigor en varios países latinoamericanos era la Zarzuela. A este efecto compuso y estrenó “El cacique Pichuleo” o “El conventillo”.
Es obligado destacar que estas y otras obras, fueron escritas y estrenadas muy pocos años antes. Por lo que la conferencia de Ernesto Herrera, a parte de una deuda de gratitud con Florencio Sánchez es, también, una carta de presentación sobre lo más representativo de su obra dramática.
Ernesto Herrera fue un escritor inquieto, cosmopolita, abierto a las vanguardias y comprometido con ideas sociales avanzadas. Se le recuerda como fundador de la revista de arte ‘Bohemia’, es de destacar sus conocimientos de la literatura clásica española, que le llevaron a firmar algunas colaboraciones con el cervantino pseudónimo de ‘Ginesillo de Pasamonte’.
Igualmente, son de notable interés sus cuentos, donde habla de las condiciones miserables y de la explotación que sufrían los proletarios. En Barcelona, por causas que se desconocen, estuvo una temporada en la cárcel Modelo y allí, escribió uno de sus cuentos “El lodazal”
En sus obras teatrales, transmite un mensaje inequívoco de rechazo a la violencia y a las consecuencias que las guerras civiles tuvieron en Uruguay.
Habla de lo que conoce bien. Siendo corresponsal del diario ‘La Razón’, motevideano, quiso tener una experiencia directa del frente de batalla para poder trasladarlo con verosimilitud y realismo, a las páginas de sus crónicas y a los escenarios.
Las luchas civiles le estimularon, así como tener acceso a las intrigas políticas y a algunas las obscuras maquinaciones. Quizás, su drama más completo sea “El león ciego” que como es fácil de imaginar, debe mucho a su capacidad de observación de la realidad.
De su estancia en España me parece oportuno destacar, los encuentros que tuvo con Galdós, que en aquellos años participaba activamente en las tertulias y actividades de la Docta Casa, con el también dramaturgo Jacinto Benavente y con la actriz Margarita Xirgu.
Su objetivo, que no le fue posible llevar a feliz término, no era otro que estrenar en España “La moral de Misia Paca”, una obra donde pone en ‘solfa’ la lucha sorda entre el inmovilismo y su moral vetusta… y las nuevas ideas que asomaban por el horizonte. Son de destacar sus ácidas críticas pero, también, su sobriedad elogiable, así como las fuerzas larvadas pero operativas entre la tradición, el criollismo y las ideas vanguardistas que se van abriendo paso lentamente.
Algunos críticos han destacado el tratamiento dramático que dan a personajes representativos de la época como ‘el caudillo regional’ tan apegado a una visión del mundo un tanto desfasada y rural, más cuya vigencia es ostensible a principio del siglo XX, en Uruguay.
Prueba del interés que suscitaba, del carácter polémico de obras como “El león ciego” que levantaba pasiones encontradas en la sociedad motevideana, es que fue representada en varias ocasiones por la Comedia Nacional y que realizó algunas giras igualmente exitosas.
Su vida fue corta. Falleció en el hospital Fermín Ferreira de Montevideo, poco antes de cumplir los veintiocho años.
Esta breve nota es, sin embargo, indicativa de la enorme riqueza que en fondos bibliográficos y archivos atesora El Ateneo. Por eso, han sido y son legión los investigadores que lo utilizan para sus trabajos y publicaciones científicas y humanísticas.
He querido romper una lanza hoy, que se cumplen ciento siete años de la conferencia de Ernesto Herrera sobre Florencio Sánchez. Animo a periodistas culturales, historiadores y ensayistas a que visiten nuestra biblioteca que es… prácticamente una fuente inagotable de materiales para ampliar los conocimientos sobre el siglo XIX y las primeras décadas del XX.
El Ateneo como toda Institución bicentenaria de relieve, tiene que renovarse… No obstante, no es hora aventurismos, ni de pretender reinventarse una Institución de esa riqueza científica, artística y literaria desde ningún tipo de adanismo.
La historia de El Ateneo bicentenario a muchos y muchas, nos parece colosal y, por tanto, estamos a favor de una evolución respetuosa y una puesta al día… pero no de prácticas precipitadas, ni de ocurrencias que desvirtúen ‘las esencias de la Docta Casa’.
MARÍA TERESA PEDRAZA GUZMÁN DE LÁZARO
Socia Bibliotecaria del Ateneo de Madrid